jueves, 28 de agosto de 2008

Cuando un escalón separa la risa del llanto


¿Quien no ha escuchado a alguien decir: Debe ser bipolar… de otra persona en cuanto esta tiene un arrebato de agresividad visto por la primera como exagerado o “injustificado”? O incluso se emplea el término en ocasiones en las que una persona se muestra muy amable y pendiente de otra hasta que, de repente, sin motivo aparente, pasa a tratarla de un modo distante, frío y despreciativo. Y es que… hablar por hablar…

Algunos se preguntarán, qué es pues, ¿el trastorno bipolar o trastorno afectivo bipolar (TAB), también llamado psicosis-maníaco-depresiva? Se trata de una alternancia de episodios de depresión mayor, (entendiéndose esta como falta de interés, cansancio, sentimiento de no valer nada, incapacidad para manifestar emociones positivas, pérdida de autoestima, autoculpabilidad, trastornos de alimentación, sensaciones de cansancio, ideas de suicidio, etc.) con episodios maníacos (en las que la persona se embarca en múltiples proyectos, aumenta su apetito sexual, habla mucho y sin parar, se muestra eufórica, con una sensación desproporcionada de bienestar, irritable, con excesiva distraibilidad, se comporta de forma no habituales, manifiesta hiperactividad, aumento del abuso de alcohol u otras sustancias… es decir, un paso de un: la vida no tiene sentido, me quiero morir a un ¡Apártense todos, que me como el mundo! fluctuantes.

Cabe destacar que un 1% de la población mundial padece este trastorno y que 1 de cada 5 pacientes diagnosticados tratan de quitarse la vida.

Es increíble como en muchos casos, el desconocimiento de este trastorno del estado de ánimo, tal y como sucede con otros muchos trastornos de personalidad y enfermedades mentales (sobre todo aquellas que implican cierta desconexión con la realidad) son estigmatizadas por la sociedad. Porque las personas que ignoran, suponen… y si supones que algo no es normal, tiene que ser, por defecto, malo. Personas probablemente agresivas, difíciles de tratar, peligrosas, raras de las que es mejor alejarse o reirse de su excéntrico comportamiento, pensarán algunos

--- < Pero quizás si buscamos ejemplos en nuestra vida cotidiana, y teniendo en cuenta ese 1% de la población mundial, quizás hay más personas de las que creemos con este trastorno. Personas a las que admiramos, que nos han hecho y nos hace reír, soñar, disfrutar, pasar buenos momentos con sus creaciones, a lo largo de los años:

Escritores/as como: Edgar Allan Poe, Virginia Woolf, Leo Tolstoi, Honoré de Balzac, Ernest Hemingway, F.Scott Fitzgerald, Charles Dickens, Mary Shelley...

Músicos/as como: Wolfgang Amadeus Mozart, Kurt Cobain, Robbie Williams, Rossini, Robert Schumann, Chaikovsky, Timo Tolkki, Axl Rose, Lauryn Hill...

Actores/actrices como:
Marylin Monroe, Jim Carrey, Jean-Claude Van Damm, Ben Stiller, Stephen Fry…

Pintores y escultores como:
Vicent Van Gogh, Miguel Ángel, Edvard Munch, Paul Gauguin, Zorn…

Poetas como:
Antonin Artaud, Charles Baudelaire, Thomas Lovell Beddoes,John Berryman, George Gordon, Lord Byron, Dylan Thimas, Victor Hugo...

Políticos como:
Abraham Lincoln, Hugo Chávez, Winston Churchill…

Directores de cine:
Tim Burton, Francis Ford Coppola…

Presentadores:
Andreu Buenafuente

Queda en la conciencia de cada uno el cómo afronte el estigma creado por la sociedad ya que, mientras que por un lado se potencia la integración de la persona con enfermedad mental o trastorno de personalidad, a todos los niveles (social, laboral principalmente); por la otra, ciertos medios de comunicación siguen atrayendo miradas a modo de espectáculo circense en el que el morbo del que no está completamente “sano” genera audiencia y riqueza.

Fuente:

http://www.psicologia-online.com/colaboradores/dpuchol/index.htm

http://www.wikipedia.org/> ---

Leer más...

Tarde o temprano, según se mire...


Y de pronto el timbre sonó.

-¿Estás ahí?-escuché-.¡Es la hora!

-Ya voy-contesté automáticamente.

-Ya es tarde. Abre la puerta.

Estaba harto.

Pensé en agarrar el martillo y hacerlo…

Con un poco de suerte podría, de un solo golpe, terminar

Con el incesante martirio.

Sería maravilloso.

No más controles…

No más urgencias…

¡No más cárcel!

Tarde o temprano todos se enterarían de lo que hice…

Tarde o temprano alguien se animaría a imitarme…

Y después, quizá otro…

Y otro…

Y muchos otros ganarían coraje.

Una reacción en cadena que permitiría terminar para siempre con la opresión.

Deshacernos definitivamente de ellos.

Deshacernos de ellos en todas sus formas…

Pronto me di cuenta de que mi sueño era imposible

Nuestra esclavitud parece ser, a la vez, nuestra única posibilidad…

Nosotros hemos creado a nuestros carceleros,

y, ahora, sin ellos, la sociedad no existiría.

Es necesario que lo admita…

¡Ya no sabríamos vivir si relojes!

Me he animado a transcribir una de las parábolas del libro Cuentos para pensar de Jorge Bucay, llamada Rebelión, y no por parecerme la mejor, sino por la enseñanza que puede proporcionar al quien se para a reflexionar sobre ella.

En cierta ocasión, alguien me dijo que las personas vivíamos continuamente deseando morir. Esto puede parecer absurdo en una primera lectura, pero ¿acaso, cuando somos niños, no deseamos hacernos mayores continuamente? ¿Cuándo estamos en la adolescencia, queremos con todas nuestras fuerzas llegar a adultos? Estamos deseando acabar el colegio para ir al instituto, dejar el instituto para ponernos a trabajar o ir a la Universidad, y cuando por fin eres adulto con trabajo, lo que se anhela con fuerza es la jubilación. ¿Vivimos para morir, entonces?

Y como en esta parábola de Jorge Bucay, el tiempo y los horarios, son los determinantes de nuestra existencia. Y por desgracia, o por suerte, nos vemos obligados a cumplirlos, casi tanto como a interactuar en sociedad. Es la tendencia del ser humano a sistematizarlo todo. Horario de trabajo, de clases, de comida, la consulta del médico, las citas con los compañeros… todo. A mi parecer, sería maravilloso poder vivir sin condicionantes pero probablemente más de uno pensaría que esta visión de la vida resulta infantil e irresponsable.

En cada uno está su reflexión, la mía está en vivir el presente, aprovechando el día y si es posible la noche, ya que la vida es demasiado breve como para andar desperdiciándola mirando el reloj.
Leer más...

martes, 26 de agosto de 2008

I remember when I lost my mind...


Existen distintos tipos de test de personalidad y entre ellos, uno de los que más llama la atención, es el Test de Rorschach, conocido por constar de una serie de láminas( diez son las oficiales) hechas a modo de "manchas" de tinta o pintura, cinco de color negro en fondo blanco, dos de color negro y rojo de fondo blanco y tres multicromáticas. Su interpretación es de lo más variado. En algunas páginas web se pueden encontrar distintas referencias acerca de qué respuestas son más comunes y aceptadas, cuales se consideran negativas, etc.

Vale destacar que, debido a la subjetividad de la interpretación del test (ya que no deja de ser un tipo de pintura de carácter abstracto) otras fuentes destacan: la importancia del orden que se le de a las respuestas, el modo en el que se describle la lámina en su globalidad, sus detalles grandes y pequeños, la calidad del concepto que se ve, el modo en el que se emplea el sentido común, la forma en la que se justifica aquello que se ve, de un modo claro y conciso y por último la organización de la lámina, es decir, la manera en la que se integran las distintas partes en un sólo concepto.

Es decir, la respuesta final no es lo que cuenta, sino que el tiempo que se tarda en responder, la posición desde la que se observa la forma, la localización del detalle, la sensación de movimiento, la importancia del color, la forma que tiene y la categoría en la que se enmarca.

En este enlace se puede conocer más sobre esta "crítica constructiva" al abordaje de este test proyectivo:
http://ar.geocities.com/test_de_rorschach/index.htm

Desde mi punto de vista este test, a diferencia de otro tipo de test baremables en los que simplemente pasando una plantilla, se pueden determinar rasgos de personalidad específicos, me llama la atención por su abstracción y por su aparente facilidad de ser rebatido por la incoherencia de su puntaje. ¿Hasta qué punto es efectivo o no realizar un test de este tipo para el acceso a un puesto laboral en lugar de un 16PF, por ejemplo? Supongo que si se emplea este tipo de test es, principalmente por la casi imposible capacidad de engañar al psicólogo que lo evalúa. No pongo en duda otros tipos de test, sino que lo que digo es que es más sencillo marcar las respuestas consideradas socialmente aceptables en otros test de carácter más concreto.

Es curioso comprobar además, como algunas figuras del test de Rorschach se relacionan constantemente con la figura materna, con la paterna, otras representan actos de tipo sexual... pese a su abstracción. Sea o no sea su validez reconocida al 100%, a mi no me importaría pasar la prueba ya que simplemente por la creatividad su método, vale la pena apostar por el mismo.

Animo a quien no conozca esta canción a que la escuche por la originalidad de su videoclip. Es de Gnarls Barkley-Crazy. Espero que el mismo, no os haga recordar...cuando perdisteis la cabeza.
http://es.youtube.com/watch?v=bd2B6SjMh_w

Fuente:

http://www.lahormigademobius.es/?p=241

http://the-geek.org/escepticos/200004/msg00500.html

http://ar.geocities.com/test_de_rorschach/index.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Test_de_Rorschach

Leer más...

lunes, 25 de agosto de 2008

El dolor, mejor con humor...


Dicen por ahí que cuerpo y mente son dos en uno… creo que sí, es cierto. Pero entonces, me lleva a cuestionar cada pequeño acto de mi vida cotidiana:
El dolor de cabeza que tuve el otro día, ¿surgió así, sin más…cuando nunca me había pasado de forma aislada ¿o existe una causa subyacente de tipo psicológico?
¿Cómo sé que no padezco un trastorno somatomorfo? ¿O síntomas propios de un trastorno psicosomático? Me he tomado la libertad de buscar una definición sencilla de la diferencia entre cada uno y es:

1. Trastorno somatomorfo: la persona presenta una serie de problemas físicos, pero en los reconocimientos médicos, no existe causa orgánica para explicar dichos síntomas, ya que su origen es meramente psicológico.

2. Trastorno psicosomático: tiene origen psicológico pero se manifiesta a nivel corporal a través de alteraciones de nuestro cuerpo o dolor.

O sea, que puedo tener dolor de cabeza pero quizás me digan:

-No lo tiene, no se preocupe…usted se queja, sí, cree que tiene algo, pero en realidad no…¡va a ser del riego!

(Hombre, del riego, no te digo que no sea, pero dolía, ¡que no veas!)

O puedo tener dolor de cabeza…peero, ¡no me debo preocupar!:

- Eso, nada…será una consecuencia de algún problema personal, algo de su mente a lo que le da vueltas, y que se manifiesta en su cuerpo, con lo cual…bah! ¡El dolor de cabeza es lo de menos!

En definitiva, yo lo único que sé es que no sé nada y como dijo aquel… lo importante, y menos mal, es que ya no me duele.


http://blogs.periodistadigital.com/eldivan.php?p=25551&more=1&page=1

http://personal.telefonica.terra.es/web/psico/dsmiv/dsmiv_ind.html
Leer más...

domingo, 24 de agosto de 2008

¿Música como terapia o música como sustancia?

Es increíble la influencia que la música puede tener en nuestro organismo. En el artículo: Los efectos curativos de la música de Ángel L. Sénquiz, M.D admite que "En un estudio llevado a cabo en China con 76 pacientes esquizofrénicos se encontró que luego de un mes de de terapia musical los pacientes mostraban menos síntomas. Mejoraron en su capacidad comunicativa y mostraron mayor interés en actividades externas.
La musicoterapia puede ayudar a las personas que padecen de estados depresivos. En un estudio llevado a cabo con 30 ancianos que padecían de este desorden se examinaron los efectos de la terapia musical sobre sus estados anímicos. Se encontró que los pacientes que se sometieron a la terapia que consistía en sesiones semanales llevadas a cabo en su propia casa, obtuvieron mejores puntajes en pruebas estandarizadas de depresión. Por otra parte, estos pacientes también informaron sentir menos tensión nerviosa, un mejor estado de ánimo y una mayor autoestima que los que no recibieron la terapia musical."

Así es como ciertos estudios han demostrado la importancia de la música en nuestro estado de ánimo. Y la verdad, no es necesario ser un experto para saber que la música influye en nuestro organismo, elevando nuestro nivel de ansiedad, nuestra temperatura corporal, nuestro ritmo cardíaco... o aplacándolo. Canciones alegres, canciones tristes que en ocasiones son utilizadas como terapia para disminuir el dolor, mejorar la memoria o aliviar el estrés.

En mi opinión, decir que hoy he llegado a la conclusión de que la música es como una droga. Adictiva, hace mella en el cerebro y genera tolerancia. ¿Es normal que por el simple hecho de escuchar un tema concreto, tu visión del mundo se negativice hasta el extremo, tu ánimo caiga al abismo más profundo, llenándose de pensamientos que muestran tu otra cara, la otra moneda de lo que se considera éticamente aceptable, y que, sin explicación aparente, tu agresividad se enaltezca y tengas ganas de gritar, llorar y romper con todo lo que está a tu alcance? El caso, por ejemplo de la novena sinfonía de Beethoven en la Naranja Mecánica.

Normal, no sé si será, pero sí que da algo de miedo, ¿hasta que punto, además de favorecer, nos pueden perjudicar cierto tipo de melodías? ¿De qué modo pueden ser empleadas para manipularnos de un modo u otro? (está claro que en publicidad, su uso con fines de este tipo es más que evidente) Pero bien es cierto que, pese a quien le pese, escuchar o dejar de escuchar ciertos temas u otros es algo imposible de controlar, si bien, cada melodía produce un efecto diferente en la persona.

Simplemente decir que como medio de evasión es efectivo como el que más y con la moda de los MP3, MP4, Ipods en la actualidad... no es difícil observar cómo la gente cada vez más se aisla del "mundanal ruido" mientras camina por la calle, espera en la parada del autobús o va en metro, sumergiéndose en su propia burbuja. ¿Diversión o evasión? ¿Porque me apetece o porque no me gusta lo que me rodea? Y digo yo: ¿Y esos no son las dos posibles respuestas que daría cualquier consumidor de sustancias adictivas? Vale la pena entonces pararse un rato en esta pequeña reflexión.

Fuente: http://www.saludparati.com/musica1.htm
Leer más...

sábado, 23 de agosto de 2008

Mejor...imposible- As Good As It Gets



¿Quien no habrá visto la comedia protagonizada por Jack Nicholson y dirigida por James L.Brooks en la que se pueden observar los síntomas del denominado Trastorno Obsesivo-compulsivo (TOC)?

Personalmente, cuando la vi, me pareció una película entretenida, que narra de un modo humorístico la vida de una persona con este tipo de trastorno que afecta a un 2,5% de la población española. Es decir, que por muy cómico que pueda parecer, más de un millón de personas en nuestro país realiza una serie de rituales bien de limpieza (como se pueden ver en el film:
-lavarse las manos en un número exagerado de ocasiones con un jabón nuevo de cada vez; abrir y cerrar las puertas una serie de veces antes de entrar en una sala; no pisar las rayas de las baldosas de la acera...) ; bien de organización, disposición y acumulación de objetos, de comprobación, o a modo de pensamientos compulsivos (por ejemplo: pensar en una serie de números, bien sumándolos, contándolos hacia atrás, en una determinada situación).

La película con ese matiz humorístico define bien el trastorno, pero, no sirve para conocer ni su origen, tratamiento ni visión subjetiva del trastorno que tiene la persona implicada.

¿Cómo establecer la diferencia entre una persona con TOC y otra a la que le gusta estar limpia, incluso lavarse las manos a menudo, tener su hogar en condiciones salubres y que de vez en cuando se preocupa de ver si cerró la llave del gas de la cocina?

La diferencia está en que para la persona con TOC, si no realizan sus "rituales" o compulsiones (que son los que alivian sus pensamientos obsesivos) manifestarán una ansiedad patológica (entendiéndose ésta como un temor intenso a una situación real o imaginaria que genera estrés acompañada de sudoración , taquicardias, temblores, inquietud motora, transpiración, etc. ).

En ocasiones, estas personas son conscientes de que los pensamientos o ideas son exageradas o irracionales, pero creen que si no realizan los "rituales", algo malo les sucederá, se contaminarán o/e incluso morirán. La realización de dichos "rituales", además, les supone horas de dedicación, interfieriendo de un modo negativo en su vida diaria.

Bien es cierto que existen otras películas interesantes si se quiere conocer este tipo de trastorno en formato audiovisual. Por ejemplo, El aviador, El número 23 o El día que me amen.

Pero lo que interesará saber es si este trastorno tiene o no solución, si existe un tratamiento eficaz.

Además de los psicofármacos antidepresivos (concretamente los inhibidores de la recaptación de la serotonina), la terapia conductual parece tener un resultado eficaz. Mediante técnicas de exposición-respuesta ante determinados estímulos y de un modo gradual, la persona va eliminando progresivamente los pensamientos obsesivos, disminuyendo a su vez la repetición de las compulsiones hasta llegar a su extinción.

A bote pronto, parece sencillo, pero no creo que lo sea para una persona que lo sufre.

Algún día me gustaría conocer el testimonio en vivo de alguien que haya superado el trastorno y me pueda decir con sinceridad que ahora si que: "Mejor...imposible".


Leer más...

viernes, 22 de agosto de 2008

¿Y qué es lo que importa, después de todo?

¿Somos los seres humanos animales de costumbres o preferimos vivir experiencias cíciclas, oscilantes e impulsivas, día a día? Desde mi punto de vista, el amor se está volviendo cada vez más artificial e instantáneo. Es como un mensaje de móvil, un mail o una foto en cámara digital, momentáneo, satisfactorio, eficaz, pero frío y artificial. En palabras y para que se entienda, podríamos decir que el "te quiero" ha sido sustituído por "¿echamos un polvo?". Muchas personas disfrutan con los líos de una noche, pero otras se esconden en estas relaciones por temor al fracaso, al dolor, al sufrimiento, al miedo a que "¿y si me gusta tanto que me acabo pillando por el/la otro/a?" Y yo me pregunto: ¿Y eso es malo? pero en realidad el pánico está en: "¿y si la otra persona no me corresponde?" Es por eso, en mi opinión que la diversión del sexo sin sentimientos "se vende mejor". Es lógico, a nadie le gusta llorar, y no pocos dirán que han llorado han sufrido, o les han hecho daño por amor.
Es una verdadera suerte tener a nuestra disposición, a diferencia de generaciones pasadas, todo lo que queremos saber sobre el sexo, pero es también una gran desgracia, que la afectividad y el romanticismo se dejen de lado, como si fuesen independientes; ya que sexo se transmite como sinónimo de locura, placer, erotismo, satisfacción y el amor acaba siendo una palabra sin más, que se la lleva el viento.
Si alguien ha sufrido por amor, dirá que el amor no existe, que las historias de verdadero amor son sólo cuentos de niños, que aunque creyera en un pasado en el amor, nunca volverá a enamorarse, porque es una pérdida de tiempo, de esfuerzo, que además genera preocupación, ansiedad, estrés... vamos, que no compensa. En cambio, alguien que lo ha pasado mal "en la cama"... bueno, el pensamiento es ¡a seguir intentándolo, hasta que el cuerpo aguante!
En fin, sexo-amor... amor-sexo, ¿complementarios, antagónicos, polos opuestos que se atraen?¿Necesarios? ¿Optativos? Dar una respuesta no es fácil cuanto más si no tienes clara la definición de ambos conceptos; y sobre todo porque uno de ellos tiene un grado de abstracción difícil de precisar. Es cuestión de opiniones, que por tanto, pueden tomarse con humor o filosofía:

El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores-(Woody Allen)

Te amo para amarte y no para ser amado, puesto que nada me place tanto como verte a ti feliz- George Sand (1804-1876)

Mi opinión queda dicha, y el resto, ya depende de cada uno... Leer más...

A comentarios embarazosos...respuestas anticonceptivas


¿A quién no le ha pasado alguna vez el caso de recibir un comentario sin falta de escrúpulos, un comentario inmerecido que por ser inesperado o absurdo, por proceder de un superior (y con superior me refiero al ámbito laboral) o simplemente, te deja tan frío/a que no sabes a qué atenerte, ni qué contestar. Pasado el trago te quedas pensando: Pude haberle dicho...
Existe un libro, que a mi parecer, trata el tema de una manera sencilla y con humor: "Cómo defenderse de los ataques verbales" de Barbara Berckhan.
En el se explican estrategias para atacar provocaciones y esquivar al agresor, para impactar cuando hay poco interés en iniciar una discusión, para retomar el asunto si el ataque se produce en medio de una discusión o negociación importante o para pararle los pies a un agresor arrogante. Son de lo más variado, y desde mi punto de vista constituyen un buen entrenamiento para saber reaccionar ante personas agresivas que se creen con derecho de imponer sus derechos pasando por encima de los demás.

"Comentario monosilábico: eficaz para las burlas cuando te quedas en blanco: "Vaya, Ahh, Qué cosas".
Gestos mudos:
  • Mirar al agresor con ojos muy abiertos, como si vieras a un extraterrestre.

  • Saludar amablemente con la cabeza como si te cruzaras con un viejo conocido.
Refrán inadecuado:
Saltar con un refrán cualquiera que deje al agresor sin palabras. Ej:
-Tienes un pelo que da asco, ¿dormiste en un pajar, o qué?
-Bueno, yo siempre digo que una golondrina no hace el verano.
Ceder y consentir:
-Estás loco/a.
-Si con ello te vas a sentir mejor, te doy la razón.
La confrontación:
-Conecta tu cerebro antes de abrir la boca.
-Ese comentario me ha ofendido, y por tanto, espero una disculpa.
La réplica desintoxicante: (ideal para críticas de manera poco objetiva) Ej.:
-El trabajo que has hecho parece el de un retrasado mental.
-¿A qué te refieres con retrasado mental?/¿Qué supone exactamente...(añadir palabra envenenada).
La constatación objetiva:
-Acaba de cometer la mayor tontería que jamás he visto.
-Mi trabajo no le gusta/ Esperaba algo distinto
Hablar claro:
-Supongo que esto es demasiado para su capacidad de comprensión...
-Lo que acabas de decir me ofende/ Tu comentario (repite el comentario) me parece una provocación.
La desviación:
-¿Qué pasa que últimamente estás de un torpe...cuando normalmente haces las cosas más o menos bien?
-Un verano caluroso se agradece, pero tampoco me gusta que sea demasiado caluroso/ Ahora que hablamos de ello, los programas de televisión se repiten demasiado...etc."

Hay otras pero bueno, decir que lo importante es tener en cuenta la situación, la confianza con la persona, la propia personalidad de cada uno, etc. para llevarlas a cabo. Yo suelo optar por las más absurdas, porque... ¿y lo bien que te quedas cuando la persona que te ataca se queda sin palabras? Probadlo. No tiene desperdicio.
Fuente: BERCKHAN, B. Cómo defenderse de los ataques verbales. Un curso práctico para que no te quedes sin palabras. Barcelona, RBA-Nueva Empresa, 2004.
Leer más...

miércoles, 20 de agosto de 2008

Un espacio para la reflexión


El motivo de la creación de este blog es la necesidad de expresarse, de conocerse y de aprender de sí mismas y de los demás que tenemos las personas. Al menos en mi caso. Parece fácil, pero no lo es, ya no todo el mundo tiene ese punto de comprensión necesario para poder divagar, echarle imaginación a un tema sin que te vean como un bicho raro.
Siempre me fascinó el mundo de la psicología y los límites entre lo que se considera "normal" y lo que algunos manuales definen como trastorno o enfermedad mental. En esta sociedad en la que vivimos, en la que nos encanta nombrar, señalar, clasificarlo todo...no existe ni el más insignificante insecto que no tenga designado su nombre. ¿Cómo podía ser menos con los seres humanos?

Simplemente, desde mi punto de vista, lo que nos dista a las personas de la "hormiga aterciopelada de los árboles" es que cada uno de nosotros es diferente. ¿Será por la falta de tiempo, será por falta de escrúpulos, será por falta de interés, o por mucho interés, pero económico, que a las personas se las trata cada vez menos como personas y más como números, clientes y objetos susceptibles de clasificación?
Espero poder aclararlo algún día, mientras tanto, seguiré cuestionando las fronteras entre "lo normal" y "lo desviado" (si se puede decir así), ya que ambas son tan imperceptibles y la confusión es tal que no es extraño que de vez en cuando juguemos entre ambos límites, buscando de algún modo nuestro sitio en el mundo.
Leer más...